Dado que Leo
rige el corazón, hoy haremos una meditación sobre el corazón para poder
percibirnos internamente tal como somos y, de esta forma, abrirnos como una
flor de loto que con su luz interna irradia como un sol hacia todo el mundo.
Leo debe
desarrollar la sensibilidad no sólo hacia su propio yo superior sino también
hacia el de sus semejantes. Esta refinada sensibilidad debe expandirse hasta
que sea consciente de la unidad de todas las almas en el sentido de la frase:
«Todos los hijos de los hombres son uno en el corazón»
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